Ninguna cosa despierta tanto el bullicio del pueblo como la novedad.
Francisco de Quevedo
Acabadas las ligas de los deportes que ocupan el curso de cada año (futbol, baloncesto, balonmano, etc.) se avecina esa “gloriosa” época en la que los periodistas han de ingeniárselas para llenar las secciones de deportes de los informativos, para completar un diario deportivo, para ofrecer algo que llevarse a la boca a todos esos aficionados huérfanos de competición.
Siempre he pensado si un diario deportivo ha de tener una extensión mínima en verano, más de una vez leyéndolo en la playa he creído que el amable señor del kiosco me había robado unas cuantas hojas. Por supuesto que soy consciente de que la actividad en verano es menor pero ¿no sería mejor dedicar un poco de tiempo y espacio a otros deportes o disciplinas que durante el año se ven subyugados por los deportes de masas? Todo ello sin dejar de lado la mínima ración de fichajes más o menos ciertos, más o menos contrastados de los buques insignia de nuestro deporte.
Pero centrándonos en lo positivo, hay dos cosas por las que merece la pena esta época de fichajes: las supes estrellas y… los superpufos!!! Huelga calificar fichajes como los de Rivaldo, Zidane, Ayala, CR, Kanoute, etc. Pero he comprobado con el paso de los años que una de las partes más divertidas de las tertulias futbolísticas entre amigos es el repaso de esos grandes malos inolvidables de nuestro futbol, gente como “El Átomo” Ongjenovic, Pilipauskas, Marinakis, Rochemback, Raúl Bravo y un sinfín mas de jugadores que, con el paso del tiempo, nos llenan la cara con una sonrisa al pensar ¿¿¿Cómo coño llegó este tío a jugar en equipos importantes???
Resumiendo, se avecinan portadas increíbles de las que te hacen soñar con grandes goles y jugadas antológicas pero no os confiéis, un día de estos, vuestro presidente pondrá un Spasic en vuestras vidas.
Lo mejor es no hacer ni caso. En una temporada, conté 100 jugadores para fichajes del Atleti ...
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