Vivimos una época singular en el
fútbol que parece diseñada por un guionista/publicista. Asistimos a
la supremacía de dos héroes antagónicos hasta el extremo, desde lo
personal a lo profesional. CR y Messi no serian lo mismo el uno sin
el otro, seguramente serian mucho menos, se necesitan porque se
retroalimentan, del mismo modo que James Bond no tiene sentido sin
Spectra.
Dos preguntas vienen a mi cabeza, del
tipo ¿fue primero el huevo o la gallina? La primera gira sobre
el
imperio económico-mercadotecnico que gira a su alrededor. La
historia del deporte se ha escrito a través de los grandes duelos
generacionales, desde Merckx y Ocaña hasta Federer y Nadal pasando
por Bird y Magic pero la intensidad y complejidad de este duelo
alcanza limites difícilmente equiparables. Veamos.
Del mismo modo que no hay luz sin
sombra no hay un solo punto en esta rivalidad que no parezca fijado
por el destino. Si uno es hijo del entrenamiento compulsivo, el otro
es un talento natural inexplicable. Si uno es un deportista en
apariencia poco dotado físicamente, el otro es un adonis esculpido
en musculo. Si uno conquista a los adoradores de la corrección, el
otro atrae a los que valoran la determinación por encima de todo. Si
uno es un europeo con tendencia a la filigrana brasileña, el otro
es un argentino mejorado con la profesionalidad europea. Pero...
¿como mejorar su rivalidad individual? ¡¡Ya se!! Hazlos liderar a
unos de los clubes mas irreconciliables desde todo punto de vista
(deportivo, social, económico, político y cualquier otro
imaginable). De acuerdo, que lideren a RM y FCB. ¿Podemos mejorarlo?
Si claro, que te parece si cada uno pertenece a uno de los gigantes
deportivos … Subo la apuesta, cada uno servirá a una marca
deportiva, que a su vez sera el principal patrocinador del equipo
real ¿Lo imaginas? Pues es real.
Mi segunda pregunta es ¿crean una
dependencia sin igual en sus equipos por demérito de las escuadras o
es imposible no depender de estos iconos? Esta temporada, quizá mas
que en ninguna otra, portugués y argentino han sembrado de dudas los
partidos en lo que no han participado o han bajado su rendimiento
(ocasiones contadas). Y yo me intento poner en los zapatos de Cesc o
Iniesta, de Di María o Higuain y pienso, ¿soy culpable de no poder
sustituir a mi compañero cuando no esta al 100% o solo soy un
testigo mudo de la colisión de dos astros?¿Realmente es posible no
depender del mejor?¿Les culpamos por vivir colgados del brazo de un
titan?
Quizá sea mejor no perder el tiempo en
reflexionar, puede que en ese instante uno de los dos haya dejado una
jugada para la historia. Al final y al cabo nos lo ha regalado el
destino, cada semana se rueda un nuevo capitulo de esta película y dentro de mucho años seguiremos hablando de ella. ¿ Estáis de acuerdo?
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