El secreto de mi felicidad está en no esforzarse por el placer, sino en encontrar el placer en el esfuerzo.
André Gide
Siempre me han llamado la atención los deportes en los que el tiempo no es un factor fijado de manera previa, me refiero al ciclismo, al beisbol y en particular, al tenis. En los deportes en que el jugador conoce el tiempo o los intentos es mucho más fácil dosificarse, medir los tiempos y reservar fuerzas para los momentos clave, ¿qué momento clave puede imaginarse uno con antelación cuando no sabe donde está el fin?

El tenis alcanza unas cotas de dureza mental importantísimas debido al factor “soledad”, el tenista no puede hablar con su preparador (a penas algunas palabras enviadas bajo cuerda desde el palco) y no tiene ningún tipo de compañero. La confrontación es completamente directa, cada uno a un lado de la red, cada uno con su territorio, los dos con las mismas armas, cuando lo veo creo que es la escenificación moderna de los clásicos duelos con pistola de antaño. Si sobreviene una crisis es el propio jugador el que ha de manejarla, sacarle jugo y crecer a partir de ella, en el partido no hay psicólogos ni un equipo de asistentes técnicos que le pueda pasar la mano por el hombro y recordarle que es lo que debe de hacer. Solo queda mirar al problema a los ojos y comértelo o dejarte comer por él.